lunes, 1 de mayo de 2017

NO ESTÁ MUERTO QUIEN ESPERA


Recibiste, de espaldas,
lentas caricias, no 
del todo sabias porque 
no hubo correspondencia 
de tu parte y en cambio 
optaste por el sueño
--todo un día de estudio--, 
¡ay!, demasiado pronto. 
En vela, al recordar 
tu piel bajo mi torpe 
mano que ahora escribe, 
el deseo relucta 
y a la vez se desunce... 
Pero no: el palafrén
de las pasiones dicta
contención y que pasen 
las horas: vuelta al siempre. 

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