Lentamente se van
despertando las flores
del hibisco y los autos
puntúan la mañana
sobre el asfalto húmedo.
Ayer llovía y vos,
como ahora, estuviste,
inesperada brisa,
aquí conmigo. Suena
en YouTube una música
también de amanecer
e imagino tus ojos
abriéndose allá lejos,
al principio renuentes,
tímidos y, por fin,
embriagados de luz
como la rosa china.
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