CASI VERANO
Murmuran los objetos
cuando los corro. Nueve
duraznos en la mesa,
exangües, y la luz,
fotograma del cuarto.
Nos costaba leer,
hace unas horas, vos
tus apuntes, yo Sartre:
el calor nos quería
sedados. Ya se esfuma
la medianoche; solo,
recuerdo tu mirada
a través del hibisco:
sonriente, luminosa,
cantarina. Qué dulce
tu risa entre las flores.
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