MONOS DE SU IDEAL, O CANTATE UNA QUE SEPAMOS TODOS
Esas almitas vibran
--también chisporrotean--
con los grandes ejemplos
de muertos por la Causa,
al azar elegidos
en sus primeros años
y vivados a voz
en cuello cada vez
más estridente. Puras
ganas de venerar
y de enfervorizarse
y de ser contundentes.
Pero, ¿y sus propias sombras?
Con eso no se miden:
meros resonadores.
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