Una luz allá al fondo,
(al recordar a Mariano)
en el baldío, al frente,
más allá de la calle
en que nadie camina
y en la que algunos coches
hacen a veces ruido
por un segundo... Sobre
mi rostro en la ventana,
vigía al que la música
estremece y que puebla
de consuelo y memorias
y sueños... Fija luz
quieta en la noche, lujo
en esta soledad,
no lejos de este cuerpo
que pide, pero a quién,
que pase este temblor...
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