14 DE MARZO
No hay música esta vuelta
y alguien duerme allá atrás,
pero el cuadro persiste
aunque el poema es otro
(o el mismo, interminable):
el comedor, las luces,
la mesa, la ventana
y todo el resto... ¿Oís
cómo respira? Nudos,
los versos, de una noche
en que canta el presente
de mi rostro vacío,
feroz contra el tinglado
de esta Ciudad, sintiendo
grullas que silban "¡nunca
más!", y mi padre, losa,
y arena el corazón.
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