VIEJO PRISMA
La realidad, igual
que siempre. Con tus ojos
la recorrés pasmado:
la misma puerta, el mismo
bebedero (es un balde)
de tu mascota y estas
baldosas que pisaras
en tu abrupta niñez
y que te tienen, firmes,
protectoras. La música
te hunde en la noche. Noche:
corriente que reúne
impensados afluentes.
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